Cuéntale al mundo

El primer álbum de la cantante comenzó a gestarse el 2018, grabando en una pieza con un colchón como aislante de ruido. El fin último era inmortalizar estas canciones que andaban de cuaderno en cuaderno; canciones autobiográficas que venían naciendo desde hace muchos años. Tiempo después el material llegó a Santuario Sónico, estudio en donde se realizó la mezcla y masterización del disco.

El nombre que recibe el álbum viene de la canción “Otoño” que fue creada el 2015 y guardada en grabaciones del celular. Tres años después, la cantante se reencuentra con ella en un momento donde las palabras cobraban total sentido para su vida. El nombre se le hizo evidente al entender esta canción como la aceptación de nuestra naturaleza cíclica. Entender que hay períodos en que debemos soltar lo que no está sumando, tal como lo hacen los árboles con sus hojas secas porque ya no les sirven para alimentarse. Soltar para transformarnos. Entender que esa vorágine emocional en algún punto se va a terminar. Ya va a pasar y vendrán las flores.

Así también, el nombre del álbum tiene sentido en tanto cada canción es una historia añeja que se vuelve hoja para ser soltada. Por otro lado, da muestra de la constante presencia de la naturaleza en la lírica de sus canciones que no es más que un reflejo del lugar en donde creció.

El pop se fusiona con colores del blues, jazz, indie y folk, dándole a “Otoño” una sonoridad melancólica, romántica, cálida y tranquila, con un sonido más orgánico y clásico.